quarta-feira, 8 de agosto de 2007


¿PERO... EN VERDAD EXISTEN LOS AGUJEROS NEGROS?

Ilustración de un agujero negro

(







30 de abril, 2002) Los agujeros negros son

uno de los objetos más estudiados de la

física teórica y la astronomía modernas.

Mientras que Stephen Hawking

en Inglaterra; Claudio Teitelboim

y Jorge Zanelli del Centro de Estudios

Científicos en Valdivia, Chile, llenan

discos duros y pizarras con sus

fórmulas relativistas, que describen

agujeros negros de algunos

centímetros de longitud;

los astrónomos han construido

inmensos y costosos telescopios

espaciales, como el Chandra

de la NASA y el XMM-Newton

de la ESA, para estudiar

emisiones de Rayos X que

provienen de supuestos agujeros

negros con masas de cientos

de miles de soles. Unos y otros se

interesan en estos objetos debido

a que son un estado extremo de

la materia, y constituyen un

laboratorio, teórico o real,

donde escudriñar su comportamiento

en condiciones extremas e

imposibles de reproducir en la Tierra.

Aunque se supone que los agujeros

negros son regiones del espacio

donde la gravedad es tan fuerte,

que ni la materia ni la luz puede

escapar, serían también un

gigantesco pozo abierto en

el tejido del Universo, hacia

donde se precipita la materia

que atraen hacia ellos. Al acercarse,

la materia, gases y elementos

existentes en el espacio, incluidas

estrellas y planetas, caen a una

espiral donde será acelerada,

como en un remolino en el agua.

Al girar tan rápido la materia es

profundamente alterada y comienza

a emitir energía como radiación

y partículas. Se forma alrededor

del agujero, un disco de materia,

llamado "disco de acresión".

Luego ya de varios años de

observación de emisiones de Rayos X

provenientes de galaxias activas,

la astronomía de los agujeros negros

ha avanzado y las publicaciones sobre

los detalles de sus estructuras se

multiplican. Por ejemplo, hace una semana,

Jon Miller, candidato a doctor del

Centro de Investigación del

espacio del MIT, de Estados Unidos,

llegó a la conclusión que había

obtenido nuevas evidencias que

indicaban que los agujeros negros

pueden girar, generando un remolino

en la estructura del espacio-tiempo

que bombea energía fuera del agujero

y hacia la región circundante.

A pesar que la luz ni la materia

pueden escapar del agujero

observado, parte de la

energía se las arregla para ser

expulsada en la forma de energía

rotacional. Esta fuente de poder,

es conducida a lo largo de las líneas

de campos magnéticos y hace

brillar la materia de la parte

interior del anillo que circunda el

agujero negro, antes de precipitarse

dentro de su misterioso vacío interior.

Sin embargo aun hay

grandes inconsistencias en su teoría.

Hace unos días, un grupo

de investigadores de Laboratorio

Nacional de Los Alamos y

de la Universidad de Carolina del

Sur de Estados Unidos, han

presentado la hipótesis que

"los agujeros negros" observados

en el espacio, no son en realidad

agujeros sino algo más parecido

a las burbujas.

Ayer, los investigadores Emil

Mottola de la División Teórica de

Los Alamos y su coinvestigador Pawel

Mazur de la Universidad de Carolina del

Sur presentaron una nueva explicación

sobre los fenómenos observados, en la

reunión anual de la Sociedad Americana

de Física en Albuquerque.

Redefinen los agujeros negros,

no como "perforaciones" en el

espacio donde la materia y la luz desaparece

inexplicablemente hacia otra dimensión,

sino como vacíos esféricos, rodeados

por una forma de materia extraordinariamente

duradera, recién descubierta en la Tierra:

los Condensados de

Bosé-Einstein. Mazur y Mottola llaman

a estos extraordinarios objetos Gravastars.

Ilustración de un agujero negro

Concepción artística de

un agujero negro galáctico intermedio.

La parte visible es el disco de

acresión girando alrededor

del agujero, brillando

a veces en rayos X y

emitiendo chorros de

partículas cargadas

por sus polos.

Un agujero negro intermedio

tiene entre 100 y 10.000

veces la masa del Sol,

encerrada en un espacio

como el de la Luna.

Existen además los

agujeros negros tamaño estelar,

de algunas masas solares

y los supermasivos, con masas

de millones o miles

de millones de soles. CREDITO: NASA Goddard.

La explicación de las Gravastar

para los fenómenos atribuidos

a los agujeros negros ayuda

con respuestas a algunas dudas s

urgidas de la descripción tradicional

de los agujeros negros. Se sostiene

desde hace mucho tiempo que

éstos se forman en el espacio

cuando algunas estrellas, muy

masivas, llegan a su fin y

colapsan sobre si mismas.

De acuerdo a la teoría de los

agujeros negros, la materia de

estas ex-estrellas termina ocupando

una minúscula cantidad de

espacio — apenas un punto — creando

un asombroso campo gravitacional,

tan poderoso que nada puede

escapar de él, ni siquiera la luz,

que viaja a la mayor

velocidad imaginable.

Mottola y Pawel sugieren que

aunque algún grado de colapso

sí tiene lugar en la estrella moribunda,

éste alcanza hasta el "Horizonte de Eventos",

en escencia el punto desde donde

nada puede regresar. De allí

en adelante, la intensa gravedad

de la estrella transforma la materia estelar

en una fase completamente nueva.

Mottolla describe esta fase como

similar a un condensado de Bose-

Einstein, una fase de la materia

descubierta recientemente en un

experimento de laboratorio

y objeto de una gran excitación científica

en los últimos años.

Estado de la materia que fue predicho

por el físico hindú Satyendra Nath Bose y

por Albert Einstein en el año de 1920.

Según estos investigadores, la materia

de la estrella que muere crea una envoltura

ultra-fina, ultra-fría y ultra-oscura

de un material que es

virtualmente indestructible.

La nueva forma de energía gravitacional,

existente en el interior

de de esta envoltura, es similar

a un condensado de Bose-Einstien,

a pesar que, en el interior,

parece ser una burbuja de vacío,

de allí el término Gra (vitacional) Va (cío)

Star (estrella), o Gravastar.

En la Tierra, un condensado

de Bose-Einstein se forma cuando la materia

es llevada a bajísimas temperaturas,

cercanas al Cero Absoluto,

la temperatura teórica a la cual se piensa

que toda actividad

atómica — el movimiento de los electrones,

protones y todas las demás

partículas subatómicas dentro

de un átomo individual — cesa.

Cuando la materia es enfriada

lo suficiente como para transformarse

en un condensado de Bose-Einstein,

los átomos que forman la materia

entran en una nueva y extraña fase.

Todos los átomos alcanzan el mismo

nivel de energía, o estado cuántico,

ligándose en una burbuja

de material llamado "super átomo".

Las propiedades de los

condensados de Bose-Einstein son

objeto de intensos estudios en los

cuales participan muchos físicos,

que intentan comprenderlos.

Informe original del Laboratorio de Los Alamos

Los Condensados de Bose-Einstein,

Una Nueva Clase de Materia
Artículo de Ciencia@NASA

Agujeros Negros, Cuerdas

y Gravedad Cuántica
Artículo del Dr. Juan Maldacena

del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, NJ, USA

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